El valor del Silencio
Vivimos en una sociedad que nos lleva a tener muchas actividades, nos llenamos de quehaceres y nos obligamos a terminar nuestra lista infinita de obligaciones como si mañana no existiría. La prisa de “vivir haciendo” nos lleva a una desconexión de nuestro Ser, de nuestra esencia tranquila y pacífica. Nos convertimos en seres ocupados, cansados y a veces estresados. Ya sé que me vais a decir que todo es importante. Algo de tipo: “no tengo otra opción, esto se tiene que hacer”. No dudaré de cómo organizas y defines lo que haces, sólo te pido que estés abierto a una posibilidad de otro tipo de vida, de vivir desde el fluir, donde las cosas no requieren esfuerzo, todo simplemente ocurre. ¿Es esto posible? El silencio te ayuda a encaminarte hacia este fluir, que en realidad muchos recordamos y añoramos.
Todos hemos tenido días cuando parece que todo simplemente se realiza sin bloqueos, retrasos, dificultades, como si un director de orquestra lo organizara perfectamente todo. A estos estados, cuando la vida simplemente ocurre, es a lo que me refiero y te invito a conectar. ¿Cómo sería tu vida si tuvieras más días así?
¿Y porque es tan importante el silencio?
Cuando pierdes el contacto con tu silencio interior, pierdes el contacto contigo. El equivalente del ruido exterior es el ruido interior de los pensamientos.
Desde el Silencio interior lo imposible se convierte en posible, perdiendo la noción de discusiones, conflictos, sentimientos caóticos y dolor. El Silencio que propongo no es el espacio sin ruido físico, sino el espacio donde hay una profunda paz incluso sumergidos en un alboroto externo.
El Silencio lo necesitamos para permitirnos salir del pensamiento repetitivo y condicionado, para dejar de ser prisioneros de esta limitación. Por supuesto que necesitamos el pensamiento en nuestra vida, y el invitarte a observarlo para que no se adueñe o que te desgaste con su murmullo ininterrumpido, no quita su valor.
El pensamiento fragmenta la realidad en trozos conceptuales. En cambio, el silencio la unifica. El Silencio es paz interior. Es un espacio de bienestar, donde experimentas tu verdadero ser y tu potencial, donde la temporalidad desaparece, al igual que los límites. Te das cuenta de que puedes más, de que puedes dar y experimentar una vida más grandiosa. Todo se une y deja de ser confinado. La quietud y la paz son la esencia de tu ser. Lo sabes y es por eso que no te será difícil volver a recordarlo.
El silencio te transforma a ti y al mundo si es esto lo que buscas. Te permite conectar con un estado de percepción fuera de preocupaciones o limitaciones emocionales. Es un lugar de expansión de consciencia desde donde la vida se torna más fácil, las respuestas son claras, la inquietud se vuelve en calma y desde donde lo complicado se simplifica.
Detrás de tu silencio hay un valor, el valor de la vida misma pasando del sobrevivir al vivir.
El silencio es un viaje espiritual, que te revela un nuevo estado de consciencia y un entendimiento más profundo del mundo. Desde allí observarás tus bloqueos, los programas que te mantienen en un cierto lugar de experiencias repetitivas y cansinas. Al tomar consciencia de todo te permites poder integrar la nueva visión y dar una vuelta a todo alegrándote de tu logro desde la nueva percepción.
Tu sabiduría llega con la habilidad de aquietar el ruido. Cuando consigues calmar todo dentro de ti, escucharás la voz del silencio que es la voz de tu naturaleza divina.
El verdadero silencio es un vacío llamado PLENITUD.
Durante el día de hoy deja de vivir en la superficie, expuestos a las agitaciones y preocupaciones. Al empezar a buscar el silencio interior lo primero que experimentas es un vacío, una ausencia de cualquier actividad o creación. El silencio aparece al crear armonía entre cuerpo, intelecto y nuestro corazón. El ruido se para y se sustituye con una sensación de liberación.
Si sientes que eres demasiado mental empieza la práctica de hoy con un ejercicio de descarga mental: empiezas a hablar en voz alta liberando todo lo que te pasa por la cabeza; pasados unos minutos observaras que ya no tienes nada que decir y te quedas en una paz placentera. En este momento cierra los ojos y pon tu atención en la respiración que será profunda y lo más larga posible, uniendo la inhalación y exhalación e igualando los tiempos de inhalación y exhalación. Si puedes se requiere que llegues a tener sólo 3-4 respiraciones por minuto. De esta forma conectarás con un profundo silencio interior. Realiza esta conexión con tu silencio interior durante unos 5 minutos y repite 3 veces el ejercicio durante el día. Disfruta de esta nueva dimensión que la encuentras en tu silencio.
Anna Maria Ceausu Grigore